IDEARIO
Estas palabras del “Testamento” del Padre Agustín Elizalde que, a modo de encabezado y de norte vital, preceden a la presentación de nuestro ideario, sintetizan el eje de nuestro quehacer educativo. Nuestra institución educativa, atravesada por el obrar y el compromiso del Padre Elizalde, quien pensó la educación como espacio de promoción para los más humildes y sencillos, comprende junto a él que la tarea educativa tiene en el centro a “todos sus hijitos”, a fin de hacer de ellos “grandes cristianos y grandes ciudadanos”. Asumimos como misión y desafío esta exhortación cálida del Padre Agustín Elizalde: ser un solo corazón, latiendo acompasadamente en y con los corazones de Jesús y María. Comprendemos que, “formar un solo corazón”, implica:
💟 vivir en actitud de amistad, en clima de familia, y con la solidaridad de quienes poseen “una sola alma”;
💟 generar vínculos fruto de un mismo proyecto educativo, fascinados por el mismo sentido de la vida;
💟 compartir los senderos de la vida, con la sencillez de los que ríen y lloran juntos;
💟 custodiar la vida de los otros, y responsabilizarse mutuamente unos de otros;tener, en definitiva “los mismos sentimientos de Cristo Jesús” (Flp 2, 5)
En este horizonte cordial unificado, queremos asentar la vida dinámica de nuestro colegio y hacernos eco de aquellas palabras del Padre Elizalde: “Digan una palabra, una palabra de cariño a un corazón humano (…) y le proporcionarán alegría para todo el día”. Todo esto, permite reconocernos como escuela parroquial, perteneciente al Obispado de San Martín. Por tratarse de un servicio educativo cristiano, tenemos como prioridad crear un ambiente animado por el espíritu evangélico de caridad y libertad. Este espíritu, fue creciendo desde sus inicios y hoy se manifiesta en un estilo de pensamiento y de vida que busca impregnarse en todas nuestras acciones pedagógicas, pastorales y comunitarias.
Con este marco, presentamos nuestro ideario como el conjunto de principios que establecen los valores y el carisma de la pastoral educativa que toda la comunidad escolar debe conocer, identificarse y comprometerse para impregnar de sentido cristiano, el aprendizaje, la enseñanza, la gestión y organización, la convivencia, la catequesis y la proyección a las familias y al medio. También constituye la base que inspira los proyectos educativos y orienta el quehacer educativo, a la hora de elaborar proyectos, establecer prioridades, fijar metas y deducir los medios necesarios. Por lo mismo, contiene una determinada visión del ser humano, del mundo, de lo religioso, de la educación.